Este material es parte de la ficha didáctica "La Misericordia del Padre: "Parábola del hijo prodigo", disponible en recursos asociados.
🙏 Consulte a sus estudiantes ¿Alguien sabe lo que es una Parábola? ¿Por qué Jesús hablaba con Parábolas? Luego de escuchar algunas respuestas, puede complementar a partir de lo siguiente: Las parábolas correponde a un género literario en la que se narran relatos, historias escuetas, claras, sencillas, y su finalidad es transmitir una enseñanza moral o una verdad del modo más comprensible y fácil de recordar. Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Después de un año de recorrer los caminos de Palestina, predicando el Evangelio del Reino y confirmando su doctrina con innumerables milagros. Muchos creen, otros no. Jesús habla del Reino de Dios con tacto y utiliza parábolas en las que, sin ocultar que está diciendo cosas nuevas incita a los oyentes a interesarse y les advierte: "quién tenga oídos para oír, que oiga". Entenderán los que tengan un corazón dispuesto a la conversión a Dios con el rechazo del pecado, también en sus formas más sutiles. fuente: https://es.catholic.net/op/articulos/18796/las-parbolas-de-jess.html#modal 📖A continuación se proyecta la lectura de la parábola en la que todos puedan seguirla. Se escoge a un estudiante que pueda leerla. Idealmente sería que pudieran hacer la lectura desde la biblia si es que todos tienen la misma traducción. Durante la lectura se pedirá a cada estudiante que seleccione una idea, frase o palabra que le haya llamado la atención. Después de la lectura deje un minuto para asegurarse que todos los estudiantes tienen su idea, palabra o frase que deberán anotar en la guía de trabajo adjunta "Guía parábola Hijo pródigo". A continuación se realiza una contextualización de la lectura: La llamada Parábola del Hijo Pródigo es uno de los pasajes más hermosos de los que podemos hallar en el evangelio de Lucas. Nos ofrece una ilustración sobre el materialismo, la debilidad, el perdón y la redención. Además de una gran lección de amor. La misericordia —tal como Cristo nos la ha presentado en la parábola del hijo pródigo— tiene la forma interior del amor, que en el Nuevo Testamento se llama agape. (Agápē (en griego clásico: ἀɣάπη; en griego moderno: αγάπη) es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado). Al inicio del capítulo 15 del evangelio de Lucas se nos muestra la situación bajo la que Jesús relatará la llamada Parábola del Hijo Pródigo: Los recaudadores de impuestos y los pecadores, en los que pueden caber desde los ladrones hasta las prostitutas, están atentos a escuchar lo que Jesús está a punto de decir. También hay entre el auditorio algunos fariseos y doctores de la ley. Pero estos no están expectantes a lo que Jesús dirá, sino más bien murmuran y se sorprenden porque Jesús atiende a pecadores y come con ellos. La acusación de los fariseos y los escribas preparó el escenario para tres parábolas (la tercera de ellas fue la del hijo pródigo), en las que Jesús les enseña a estas autoridades judías y a nosotros en la actualidad, cómo trata Dios con los pecadores. Aquí de nuevo Jesús nos da una enseñanza mayor: a los que cumplen la ley se les da lo que se les ha prometido, no por mérito sino por gracia, pero antes deben ser capaces de sentir amor y mostrar misericordia. Los escribas y fariseos estudiaban la ley y la cumplían, pese a esto Jesús les profetizó que su casa les sería quitada. La razón: la dureza de corazón. Con esta parábola, Jesús muestra a los fariseos y a los doctores de la ley que es más importante para Dios un pecador que se arrepiente que un grupo que se siente justo. De hecho, la Biblia dice que hay alegría en el cielo cuando un pecador se arrepiente. Al finalizar la contextualización se pide a los estudiantes que puedan compartir su palabra, idea o frase brevemente con el grupo.