Formato Video
Tema
LA PALABRA QUE RECIBIMOS NUEVO TESTAMENTO
Subtema Evangelios
Ciclo Educación Secundaria (+16 años)
Este material es parte de la ficha "Getsemaní", disponible en recursos asociados.
🔹Video: “Hágase tu voluntad” (hasta 3:58) La idea es que los alumnos puedan comenzar a captar las características del testimonio que nos presentan los evangelios sobre la noche de Jesús en el Huerto. Luego del video, orientar la reflexión de los estudiantes con las siguientes preguntas: 1) En relación con lo ocurrido en el huerto ¿qué elementos indican que Jesús era totalmente hombre? Respuesta: Sintió miedo, agonía; quería la compañía, apoyo de sus amigos cercanos, sintió la necesidad de pedir ayuda, suplicar a Dios, sufrió, sangró, fue tentado, etc. Destacar que: Jesús sentía miedo, angustia y tristeza hasta el punto de morir. Eligió a tres compañeros, pero que muy pronto se durmieron, y comenzó a rezar él solo: «Pase de mí esta hora; aparta de mí este cáliz... Pero, Padre, que se haga tu voluntad». Había venido al mundo para hacer la voluntad del Padre, pero nunca como en aquel momento comprobó lo profundo de la amargura del pecado, y se sintió perdido. (Vía crucis, Vaticano. Archivo Casa Generalicia S.V.D, Roma) 2) ¿Cuál es la respuesta de Jesús a la agonía, al dolor? Respuesta: Acepta su miedo, pide ayuda a Dios. Reza. Incluso le pide que no ocurra lo que viene (pasión, crucifixión, muerte) Sin embargo, se entrega a la voluntad de Dios. 3) ¿Qué recursos audiovisuales utiliza el director para explicitar el dolor, angustia de Jesús? Respuesta: Jesús está en el suelo, sudando sangre, con lágrimas, le cuesta pararse. Está oscuro. Luego, profundizar indicar que: Después de la última cena, sabiendo que se aproxima su Pascua, Jesús va a rezar. Lo hace en presencia del Padre. Este es el sello de su misión, darnos a conocer a Dios Padre, y por lo tanto, ha vivido toda su vida con ÉL, no podría ser distinto ahora. En el relato de San Juan se puede leer que Jesús en la cruz proclama: "Ha llegado la hora" (Jn 16, 32). Se refiere a que, ya sabía lo que iba a ocurrir: es la hora prevista desde el principio. La misma que anunció a los discípulos. En el huerto de Getsemaní comienza la pasión que no se parece a ninguna otra. Que lo sepa, que rece, no quita lo humano. Improvisamente, aquella hora da miedo. El evangelio no nos oculta eso, no dice “era Dios, estaba muy tranquilo y sereno, le dijo a sus amigos que no se preocuparan” ¡no!, creemos en un Dios que se hace carne, se hace hombre, enteramente hombre y como tal siente miedo. Pero allí, en el culmen de la angustia, Jesús se refugia en el Padre con la oración. En Getsemaní, aquella tarde, Jesús se siente cansado, tanto que en su rostro el sudor se transforma en sangre. Entonces, Jesús ora por última vez, ante del Padre y le cuenta lo que lo invade: "¡Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz! Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22, 42). Con esto, refleja dos voluntades que se enfrentan por un momento, asimismo como a nosotros nos pasa tantas veces. Pero claro, Jesús inmediatamente se entrega en un abandono de amor que ya nos había anunciado: "Es necesario que el mundo comprenda que amo al Padre, y que lo que el Padre me manda, yo lo hago" (Jn 14, 31).