Descripción

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Este material es parte de la ficha didáctica "Éxodo, desierto y conquista: el Dios que libera, guía y cuida a quienes ama”, disponible en recursos asociados.

Guía de Uso

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Nos adentramos a una historia compleja, apasionante y llena de episodios desconcertantes. Esta canción que ahora escucharemos tiene que fijar nuestra mirada en el trasfondo de todo. Se trata de un Dios que ama a su creación, y que luego de que el ser humano se aparta y el mal comienza a crecer, pone en marcha su plan de salvación para todo lo creado. Por eso, lo que Adán y Eva no pudieron realizar, se lo confía a un pueblo, para que del mismo surja un Mesías que traiga la restauración final, aquello que los cristianos creemos que sucederá cuando Jesucristo retorne una vez más. La canción nos sintoniza con el querer de Dios para su pueblo, con lo que Él quiere que soñemos, sintamos y persigamos en esta vida, para que cuando su Hijo retorne a este mundo nos encuentre bien preparados y trabajando por la fraternidad, la justicia y el bien. No perdamos de vista lo que esta canción nos dice mientras navegamos por los parajes de los libros bíblicos del Éxodo, el Levítico, los Números, el Deuteronomio y el principio del libro de Josué. 🎧 Canción: “El Sueño Imposible” (3 min 09 seg), cover de Tere Larraín. Antes de la canción, el profesor les pide a los estudiantes que la escuchen atentamente, y escriban en una hoja, a medida que escuchan la canción, alguna frase que consideren inspiradora, así como los valores e ideales que crean que se encuentran reflejados en la canción. Al terminar la canción, el profesor pregunta a estudiantes al azar (o a quienes voluntariamente quisieran compartir): 1. ¿Qué frase de la canción consideras inspiradora? ¿Qué valores crees que están reflejados en la canción? 2. ¿Por qué crees que la canción lleva ese nombre? 3. ¿Será posible vivir según esos ideales, soñar y luchar por ellos? ¿Por qué? 🔷 Examinar la esclavitud en Egipto y el papel de Moisés • Contextualización histórica de la esclavitud en Egipto. Jacob, a Quien Dios cambió el nombre por “Israel”, que significa “el que lucha contra Dios”, llegó a tener 12 hijos: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad, Aser. Por un tiempo, el más joven fue José, a quien sus hermanos, por envidia, quisieron asesinar. Sin embargo, para detener ese delito, Rubén convenció al resto de hermanos de que no lo asesinaran, sino de que lo tiraran a una fosa para que allí muriera, pero con el deseo de devolverlo sano y salvo a casa de su padre. Sin embargo, sus hermanos aprovecharon la ocasión de que pasaba por el desierto una caravana con esclavos, y vendieron a su hermano sin que Rubén estuviera al tanto. Así, José llegó a ser esclavo en Egipto siendo un niño. Sin embargo, su intimidad con Dios, su fidelidad a la voluntad de Yahvé y su honradez y dones de interpretación de sueños, así como su sabiduría práctica y criterio para el liderazgo y el buen ejercicio de la autoridad, terminaron por sacarlo de la cárcel, llegando a ser la mano derecha del Faraón, así como quien tenía en su poder toda la potestad, delegada por el mismo Faraón, para gobernar sobre Egipto. Así fue como finalmente, en tiempos de extrema hambruna y carestía, José logró sacar al país adelante, suministrando incluso bienes a aldeas y poblaciones vecinas. Y así, siendo ya adulto, perdonó a sus hermanos y acogió en Egipto a su padre Israel y a sus hermanos, entre quienes había uno nuevo, Benjamín, hijo menor de Jacob/Israel. Los descendientes del patriarca Israel, quienes serían llamados israelitas, se establecieron en Egipto y estuvieron allí entre 400 y 430 años. Al principio su estadía fue pacífica y satisfactoria, hasta que llegó un Faraón que no los reconocía ni era favorable a estos extranjeros, cuyas familias crecían y comenzaban a poblar en demasía el imperio egipcio. 📗 Éxodo 1, 8-14: Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas... Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza. Para evitar que aumentaran los israelitas, el Faraón mandó a las parteras egipcias que asesinaran a todos los recién nacidos varones de las mujeres israelitas. Sin embargo, una de ellas, que creía en el Dios de Israel, no hizo caso y salvó a un niño, a quien puso en una canasta y dejó flotando sobre el río Nilo, llegando así hasta donde estaba la esposa del faraón, quien lo rescató del agua y lo adoptó. Le llamaron “Moisés”, que significa “rescatado de las aguas”. Su hermana y su mamá se ofrecieron a criar al niño, sin que la mujer de Faraón supiera que ellas mismas eran las parientes de ese niño, por lo cual Moisés creció siendo educado a la vez por la nobleza egipcia, así como introducido en la cultura, la fe y la cosmovisión del pueblo de Israel y del Dios en que creían, Yahvé, a quien hoy nosotros conocemos como el Dios de la Biblia. 🔷 Presentación del personaje de Moisés y su llamado. - Un asesino fugitivo Cuando Moisés llegó a la adultez, vio un día a un egipcio golpeando sin piedad a un esclavo hebreo. Enfurecido, Moisés, pensando que nadie miraba, mató al egipcio y enterró el cuerpo en la arena para ocultar la evidencia. Al día siguiente, Moisés vio a dos esclavos hebreos peleando entre sí. Cuando trató de interrumpir la pelea, uno de ellos lo miró y le preguntó si planeaba matarlo como había matado al egipcio. Inmediatamente, Moisés supo que había sido descubierto y temió por su vida. Al poco tiempo el faraón comenzó a buscar una oportunidad para vengarse de Moisés por el asesinato del egipcio. Moisés huyó al desierto y vivió como un fugitivo, pastoreando ovejas para quien llegaría a ser su suegro, Jetró, padre de su futura esposa, Séfora. - Dios no llama a un perfecto. Y fue así que aún siendo asesino, fugitivo de la justicia y una persona desprovista de sus privilegios de nobleza, Moisés había sido escogido por Dios. Ya vimos en clase de los patriarcas que Dios no llama a los capaces ni a los perfectos, sino que perfecciona y capacita a quien llama, para siempre recordarnos que su llamado es pura Gracia, y no depende de nuestros méritos, aunque exige nuestro esfuerzo por ser fieles a su propósito. - Dios escucha el clamor de su pueblo. Viviendo como pastor, un día que pastoreaba en medio de las montañas, Moisés se encontró con un espectáculo: una zarza que ardía en llamas pero que no se consumía por el fuego. Allí tuvo su primer encuentro directo con Dios, quien le habló desde la zarza ardiente para enviarlo como liberador de su pueblo Israel, que sufría la esclavitud en Egipto. 📕 El motivo de este envío de Dios fue el siguiente: “Dijo luego Yahvé: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus explotadores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel” (Éxodo 3, 7-8). Dios ha visto el sufrimiento del pueblo hebreo y ha escuchado su clamor, y ha escogido a Moisés para que vaya y libre a su pueblo. 🔷 Análisis del papel de Moisés como líder liberador. - Asociación con Aarón. Si bien Moisés presenta un poco de resistencia, por considerarse poca cosa (de acuerdo a los estudiosos bíblicos tenía un problema de habla, que podía tratarse de tartamudez), finalmente se ofrece para cumplir la misión que Dios le pide, y busca a sus hermanos, Aarón y Miriam, para acompañarse en esta gesta liberadora. Aarón sería quien, a causa de la tartamudez de Moisés, hiciera de portavoz del mensaje que Dios le había enviado a comunicar a Faraón, para que dejase marchar a su pueblo. - Las 10 plagas. Faraón no teme al Dios de Israel ni le cree a Moisés, por lo cual se niega y hace aún peor la carga que tenían que soportar los israelitas. Es por ello que Dios envía, por medio de Moisés, 10 plagas a Egipto, cada una peor que la anterior. Tras cada una de ellas, como señal de advertencia para que no sigan avanzando las plagas, Moisés vuelve a insistirle al faraón, por mandato de Dios, para que libere a su pueblo. Éstas son las famosas plagas de Egipto, la última de las cuales termina por convencer al faraón de que libere al pueblo: 1. Conversión del agua en sangre. 2. Plaga de ranas. 3. Plaga de mosquitos/piojos/pulgas. 4. Plaga de tábanos/moscas (moscas). 5. Peste del ganado. 6. Úlceras en los egipcios. 7. Granizo. 8. Plaga de langostas. 9. Densas tinieblas sobre la tierra. 10. Muerte de los primogénitos humanos y no humanos de la tierra de Egipto. - La Pascua. La noche de la última plaga, para que los primogénitos de Israel no murieran a manos del ángel exterminador, cada familia israelita sacrificó un cordero, con cuya sangre marcaron las puertas de sus casas, y cenaron de pie, con todo listo para partir una vez que pasara el ángel de la muerte. Cuando el ángel se acercaba a las puertas de las viviendas, se saltaba aquellas marcadas con la sangre de los corderos sacrificados. Por eso esta fiesta se llama Pascua, que viene de la palabra hebrea “Pesaj”, que tiene dos significados: a. Paso, porque conmemora el paso del Pueblo de Dios de la esclavitud a la libertad, así como también en memoria del paso del ángel exterminador. b. Saltarse. La imagen gráfica es la de alguien que sigue un trayecto, pero entre medio se salta algunas partes, así como el ángel exterminador se saltaba las viviendas marcadas con sangre de cordero inmolado. Esa noche, la de Pascua, los israelitas escaparon de Egipto por autorización del faraón, quien con la última plaga cedió. - Traspaso del Mar Rojo. Poco después de que los israelitas salieran de Egipto, el faraón se arrepintió. Él reunió a sus soldados para capturar a los israelitas mientras que ellos acampaban junto al Mar Rojo. Moisés levantó su vara sobre el mar y Dios separó las aguas, permitiendo que los israelitas cruzaran. Cuando el ejercito egipcio los persiguió, fueron destruidos cuando las paredes de agua se desmoronaron sobre ellos, ahogando a los soldados egipcios en masa. Los israelitas habían sido realmente liberados. 🔷 Analizar los eventos del Éxodo y la travesía por el desierto • Éxodo y la travesía por el desierto. - Travesía por el desierto a grandes rasgos. . El profesor cuenta que, luego del paso milagroso por el Mar Rojo, Dios guió a su Pueblo por el desierto. El viaje no debía durar mucho tiempo mas, por la dureza del corazón del pueblo de Israel y su necesidad de ser educados para que su mentalidad cambiase, de forma que pudieran estar listos para habitar la Tierra Prometida, les hizo recorrer el desierto y enfrentar diversas pruebas durante 40 años. En ese período de tiempo, muchas cosas pasaron, que no podemos abarcar en detalle en una sola clase. Por lo mismo, les recomiendo leer los libros de Éxodo y Números, en el Antiguo Testamento, donde podrán encontrar la travesía de 40 años de este pueblo por el desierto, guiado por Dios, quien lo cubría como una nube durante el día, para evitarle el calor, y como una llama de fuego durante la noche, para evitarle la hipotermia. En la diapositiva pueden ver todo el trayecto que los hebreos hicieron por el desierto hasta llegar a la Tierra Prometida de Canaán. Uno de loes eventos importantes que ocurrieron durante ese trayecto fue el sellamiento de la Antigua Alianza, que Dios realizó con el pueblo de Israel. Le llamamos antigua porque para el cristianismo llegó una nueva Alianza, anunciada por el Antiguo Testamento, que para los seguidores de Jesús se trata de la Alianza sellada con la humanidad entera (no solo con un Pueblo) mediante la sangre derramada de Jesús en la cruz (no ya la sangre de animales ofrecidos en un altar y rociada sobre el pueblo). Esta Antigua Alianza tenía un código moral como parte de la misma, que son los 10 Mandamientos. Junto a ellos, hay todo un cuerpo legislativo ritual, sanitario y cultural que, si bien es importante, no es nuclear y central como el código moral contenido en las tablas de la Ley, que sigue siendo vigente también para el Nuevo Israel, la Iglesia de Jesucristo.

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